martes, 1 de junio de 2010

Escuela bolera



Los bailes boleros son producto del intercambio de ideas, movimientos y técnicas de los maestros academicistas de ballet franceses e italianos con los maestros de folclor español, durante el último tercio del siglo XVIII y principios del XIX. Los bailes regionales se academizan al salir de las comunidades y pequeñas poblaciones para trasladarse a las representaciones teatrales. De Santiago (2006) menciona al respecto: “con expresión eminentemente teatral, se la denominó escuela por la preparación del bailarían, al que se exigía un entrenamiento académico y el dominio de las castañuelas, también llamadas palillos” (p. 34).
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En el último tercio del siglo XVIII y primeros años del XIX se presenta en España una actividad cultural importante (ballet, ópera y teatro), principalmente en Madrid, Barcelona y Sevilla. Las grandes compañías de ballet italianas y francesas comienzan a difundir el vocabulario y la terminología de la danza clásica (Espada, s.a, p. 115).

En 1819 sube al trono de España Felipe de Anjou, nieto de Luis XIV (Rey Sol), creador en Francia de la Academia de la Danza, quien llevó maestros franceses que enseñaron la contradanza y el minué y paulatinamente conformaron la planta de maestros de las nuevas academias de danza en España, actividades que generaron un intercambio entre los métodos de enseñanza de los profesores franceses y españoles, que arrojó como consecuencia la gestación de la escuela bolera.

Los bailes de la escuela bolera se diferencian de los folclóricos en que los primeros requieren un entrenamiento técnico específico, principalmente la terminología de la danza clásica. Además, la tradición oral y familiar de enseñanza desaparece para confiar la formación a profesores especializados formados en academias. A las representaciones campiranas, festivas y comunitarias se anexan aquellas que se ejecutan en escenarios teatrales.

La escuela bolera creada en España no utilizaba las posiciones de los pies tan abiertas como en la danza clásica francesa. Por otra parte, se incorporaron pasos ya existentes que conservaron sus nombres, por ejemplo, los careos, el matalaaraña, el paso de caballo, los panaderos y las jerezanas (Espada, s.a, p. 121).

A los pasos de estos bailes les acoplaron la forma de hacer de los nuevos maestros, no sólo en pasos sino en estilo y nomenclatura de los diversos pasos aunque nosotros españolizamos los nombres, como por ejemplo el rodazán, que es la españolización o deformación de rond de jambe, tordin, deformación de tour en l´air, chapé, deformación de echappé, etc. (Espada, s.a, p. 121)

Los bailes más representativos de la escuela bolera son las seguidillas, los boleros, las boleras, los panaderos, el zapateado, el vito, el olé, las malagueñas y las sevillanas boleras. Las seguidillas es un baile manchego “muy alegre y muy rápido, formado por tres coplas (o estrofas) y estribillos unidos con su propio paso, pero lo más característico de ellas es el “Bien Parao”, es decir, determinadas posturas que se utilizan para terminar el baile” (Espada, s.a, p. 122). Entre las seguidillas más conocidas se ubican las manchegas, las castellanas y las aragonesas. Los fandangos se bailan en la mayoría de las provincias españoles, tienen un ritmo ternario y en ocasiones se realizan en pareja. Los más representativos son los canarios, de Huelva, verdiales, extremeños, asturianos, gallegos, manchegos, mallorquinos, vascos y malagueños. Los boleros nacieron de las seguidillas. Su invención se debe a Sebastián Cerezo o a Antón Boliche.

Se dice que el bolero consta de entrada, paseo, copla y final y al terminar cada copla se hace el desplante o bien parao, que es una suspensión durante la cual descansan los bailadores, mientras la música repite el ritornello. Cada copla tiene tres estribillos y consta e total de treinta y seis compases, puesto que la copla y su estribillo son doce y se tocan tres veces cada una. (Espada, s.a, p. 126)

Los boleros se clasifican en de medio paso, de Caspe, de Burgos, Pueblano, de Castellón, de Valencia, liso o robado y de Llanes. Del bolero se han derivado bailes como las boleras; las más celebres son las robadas, a ocho y la Cachucha. Los panaderos es un baile flamenco que pasó a la escuela bolera; los más conocidos son los de la Flamenca y los de la Tertulia. El Vito es originario de Arcos de la Frontera y es definido como un cante bailable. “Era costumbre bailarlo con traje corto o chaquetilla torera, sombrero calañés, con pasos propios del arte de torear” (Espada, s.a, p. 126). El olé es un baile relacionado con la cultura gitana; entre los más conocidos destacan el de la Curra, el de la Esmeralda y el de la Serrana.

1 comentario:

  1. hermoso todo lo que dice :"D
    pero... ¿quien me da una pagina que hable sobre los panaderos?

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